Spaceship

Hoy todavía tengo el escozor que los acontecimientos de ayer, a pesar de que no vivo arrastrando el pasado tanto como creo esperar del futuro, pero hay momentos en que las preguntas no pueden trascender la barrera de la memoria (o esconderse detrás del refrigerador). Es que la memoria de lo irracional se plasmó en la figura más imperfecta que pudiera representarlo: el mal. Me refiero a ese espacio en donde se terminan los héroes y la violencia de todos los días parece un juego sin salida que resulta ser parte de nuestra irracionalidad profunda (o de nuestro instinto). Sin tratar de cuestionar la existencia del bien o del mal (puesto que es demasiado para un espacio) me pregunto si la crueldad humana tiene racionalidad. Elaboramos ideas, dormimos junto a nuestros sueños y nos atacan las pesadillas, pero parece que el mal siempre es parte de la pintura –espacio que probablemente no tiene una lógica determinada más que por la existencia humana. Así pues, el instinto puede revelarse en tan

Hoy siento que no tengo, hoy siento que no te encuentro, hoy siento que no te quiero, o no quiero sentir que te tengo. Hoy te quiero lejos, hoy no quiero noticias, no quiero charlas, no quiero ratos ni lloviznas, no quiero lágrimas o risas, no quiero ausencias, desvelos o poesías. Hoy no extraño las explicaciones largas, las ausencias cortas o la ansiedad que puede sobrevivir en nivel intermedio. Hoy simplemente me he hecho daño y no quiero tenerte cerca, y no puedo explicarte cómo y mucho menos calcular las consecuencias. No hay seguridad, no hay espacios simples y no hay grandes momentos para pensar. Hoy no hay cariño, hoy no hay nada más que yo porque creo que me agoté pensando en ti. Pero estoy seguro que después de hoy siempre existirá mañana.