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Mostrando entradas de septiembre, 2009

Mensajes

Mírame despacito. Lento háblame nuevamente de ti, recuérdame todas las razones por las que había magia en tus ojos. Déjame respirar un poco del perfume que me envenena de ti y desprende de tu aroma la delicia de lo que siempre fue mío. Escúchame sollozar mientras de mi salen las palabras para pedirte arrojos y prometerte futuros. Siénteme en cada una de las células de tu piel y deja que nuestros cuerpos se entiendan con el particular lenguaje que parecen no haber olvidado. Piénsame un poco todas las noches y te contaré mis sueños cada mañana. Súfreme con la promesa de que no tendré para ti menos que la eternidad y más que la experiencia del día a día. Búscame que te estoy buscando

Intimidad

Y entonces no dormimos, no era necesaria tampoco una cama. No era indispensable revelar nuestra piel, ni tampoco cubrirnos del frìo. Sòlo nos necesitabamos los dos, sentados frente a frente y con las miradas enfrentadas, la tuya siempre curiosa y la mía siempre perdida, así construimos nuestra noche de intimidad... con palabras, con besos y con llanto... Me siento enfrentado a todo lo que he hecho, pero de ninguna manera encerrado por el cuestionamiento. Tal vez, sólo llegó el rescuerdo de la legítima pregunta que salió una tarde de tus labios, y que ahora encuentro en una conversación totalmente ajena. ¿Hace cuanto no tienes intimidad con alguien? Sabìa que no preguntabas por algo que tu supieras, no sueles tener ese tono cuando lo haces, sobre todo sabiendo que anoche dormimos juntos. Mas bien buscabas algo que realmente te estaba persiguiendo y que necesitabas saber. ¿Tener intimidad? Respondì tratando de no saber qué preguntabas. No necesitaste más que mirarme nuevamente, sabías qu