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Mostrando entradas de agosto, 2016

Coincidencias

13... Eso decía el número en el llavero de su habitación, al menos eso me gustaría leer. No podía ser más que buena suerte, o al menos eso me gustaría pensar. La encontré tranquila, dueña de sí, espectacular. Yo bajaba medio dormido por un alma para desayunar, nunca supe la razón por la que la encontré en el mismo lugar. Era básicamente perfecta, con el morbo que despierta la revelación de las coincidencias, hablando el mismo idioma que ahora me aferraba a olvidar. Se encontraba vestida para despertar todo lo que pensaba se encontraba muerto, a pesar de que yo estaba convencido que no habría nuevo para desayunar, que serían de nuevo huevos, que sería otra vez cereal.  Su cara revelaba los años que había vivido, sus ojos las ganas de vivir más. No estábamos para juegos, a pesar de que en esas condiciones me habría detenido a explorar cada parte de su piel, a besar cada centímetro de su cuerpo, cada peca sobre sus hombros. Sus formas eran perfectas, delicadas y el cabello dorado como el