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Mostrando entradas de enero, 2009

Imperativos

Mírame a los ojos buscando la verdad Miénteme si no entiendo lo que dices Escúchame cuando necesite contarte algo Háblame tan claro que tu voz sea mi único eco Abrázame cuando me muera por sentir calor Hiéreme cuando tenga que fluir la sangre de las heridas Bésame porque no puedes contener el instinto Ámame porque es nuestra única salida Niégame si dejo de sentirte Mátame si no puedo amar

Ser o no ser

Cuando lei a Conrad por primera vez encontré la fórmula perfecta para entender la vida, o por lo menos parte de ella. En el famoso "vivimos como soñamos: solos", pensé que se encontraba la exageración más grande que un marinero solitario decimonónico puede escribir de manera coherente. Pensé que para escribir algo así se tuvo que perder unos meses en el Atlántico y después en una enmarañada consecución de ríos para entender que de lo que estaba huyendo era de la desgracia de su vida, pero creo que jamás estuve tan equivocado. Uno no necesita perderse por tanto ni tan lejos para poder estar de acuerdo con tremenda afirmación. Es triste entonces que yo escriba esto justo el día que conmemoraba mi nacimiento. Pero prefiero sacarlo ahora que decidir que me acompañe por mucho tiempo. Voy a ser injusto nuevamente, pero creo que he creado tanta soledad que despedirse de ella es casi tan imposible como dejar un mal hábito o una buena adicción. Vivimos porque es parte de nuestr

Un minuto

Tendría entonces que mirar las dos imágenes y notar las diferencias. Las dos tenían la misma fecha, el mismo minuto, pero encontré a dos personas distintas. ¿Qué cambió? Fue el mismo instante, pero son dos personas. ¿Podemos cambiar tanto en menos de un minuto?

Momentos

Cantando no sé qué, me vi frente a uno de los extremos más raros de mi vida, la sensación era extraña, era nueva. Me encontraba solo, para variar, frente a mi destino y no pude más que tener confianza. No importa lo complicado de la situación, no pasaron imágenes por mi cabeza recordando todo lo que viví. Tampoco volvió a mi "la mujer de mi vida", ni quise llorar por alguien. Todo lo contrario, le había ganado un episodio más. Pude ser más hábil para controlarlo y no dejarme llevar, más rápido para que no me hiciera daño, más fuerte para no hacer tonterías... y sentirme más vivo que hace mucho tiempo... seguro con un buen golpe en la cabeza...

Vivir o sobrevivir... is the question?

Sin la esperanza de convencer a nadie, quiero escribir ahora sobre las posibilidades que tenemos para vivir en momentos en que nos dedicamos a sobrevivir. Podría decirse que en estos momentos soy una persona sin oficio ni beneficio (creo que estoy esperando demasiadas cosas), y que por lo tanto tengo las consecuentes limitaciones que me llevarían a pensar en usar las complejas artes de sobrevivir (sobre todo en una de las ciudades más caras de América Latina). Sin embargo, creo que el concepto de sobrevivir tiene muchas más limitaciones mentales de las que puedan existir en mi cartera. De modo que, volviendo a las preguntas extrañas, en este mundo de veinte millones de personas, ¿qué necesita uno para realmente vivir? No me puedo caracterizar por ser una persona sencilla (a pesar de mis valiosísimos esfuerzos por tratar de serlo), y tampoco creo que mi sistema de creencias me lleve a conformarme (a pesar de lo que algunos pudieran argumentar); sin embargo, creo que vivir es una experie

Despedida

En medio de tantas noticias y un par de desgracias quiero escribir esto con la única intención de que no lo leas. Pareciera entonces que pretendo nada más publicar un pequeño aviso para tenerte informada de mi situación, pero eso me llevaría a que me consideraras mal agradecido por todo este tiempo que estuviste a mi lado. No pretendo ser grosero, pero no puedo mirarte de frente y decírtelo a los ojos, porque me has llevado con tanta inspiración y tanta magia que estoy seguro que caería nuevamente ante lo que considero una maravillosa aventura de seducción. Nos conocimos en las peores condiciones; ingratos, hijos de una maltratada vida que despedía olores de muerte, tu nombre anunciaba todo lo que nadie quiere nunca, tus ojos desgarraron los míos en busca de compasión. Y te crié fuerte, te curé las heridas, reavivé en ti los sentimientos y te hice mi eterna compañera. No importaban las noches o los días, tampoco los momentos que pasábamos juntos; tenías siempre algo para mí.

Año nuevo

Notese que me muero por un año nuevo en Brooklyn Encontrarle significado a una de las costumbres más constantes que forman parte de la débil estructura que sostiene mi vida, tiene mas sentido cuando te alejas un poco a causa de una muy extraña enfermedad. Terminar un año es tan importante como cumplir uno más, o como recordar que al mundo llegó una maravillosa flor en alguna época del año. Mi intento fallido de brindis, que trataré de desahogar en este lugar, versaba acerca del exceso de esperanza que ponemos en las posibilidades de cambio que le damos a cualquier fecha importante. Jamás me he quejado de la buenaventura de las fechas. Pero creo que ser honestos a lo largo del año dejaría muchas mas satisfacciones que la desventurada sensación de buena voluntad, que nos deshumaniza para volvernos idiotas duendes del consumo o pequeños mensajeros de la paz y felicidad decembrina (en ambos casos con resultados absolutamente desastrosos y una cruda moral insoportable). No hay motivo real p