
Cantando no sé qué, me vi frente a uno de los extremos más raros de mi vida, la sensación era extraña, era nueva. Me encontraba solo, para variar, frente a mi destino y no pude más que tener confianza. No importa lo complicado de la situación, no pasaron imágenes por mi cabeza recordando todo lo que viví. Tampoco volvió a mi "la mujer de mi vida", ni quise llorar por alguien. Todo lo contrario, le había ganado un episodio más. Pude ser más hábil para controlarlo y no dejarme llevar, más rápido para que no me hiciera daño, más fuerte para no hacer tonterías... y sentirme más vivo que hace mucho tiempo...
seguro con un buen golpe en la cabeza...
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