Esa es la primera exigencia que haría mis días mucho más productivos. Porque saben, creo que tengo un grave problema con la cantidad de basura que me dedico a ver en la televisión cada semana. Está bien, admito que es dificil despegarse de lo que te crió toda tu infancia (porque no, no fueron los libros, ni los amigos, ni los parques), pero creo que, a pesar del cariño, tenemos que poner tierra entre esas rapidísimas imágenes y yo. Mi vida ha transcurrido en una extraña relación con la TV: me habló del valor de los super héroes, me enseñó a cocinar, me habló de sexo y también me habló de amor en los momentos difíciles. Sin embargo, tal vez en los momentos en que mejor me iba en la vida me dediqué a ver televisión sólo una o dos horas a la semana, porque lo demás lo pasaba viviendo mi vida por aquí y por allá. Sin embargo, ahora creo que empezaré un programa de desintoxicación (espero no llegar a vomitar, ni a las cortadas, ni esas cosas). Tengo que dejar de lado las transmisiones del ...
Un espacio público de una vida privada