Ir al contenido principal

Más Alejandro

Mi pequeño perro, Niño, se ha quedado solito. Los primeros días daba vueltas por la casa gimiendo en secreto, oliendo las paredes, el suelo, su plato. Me observaba con los ojos grandes y la cabeza ladeada para preguntar qué había hecho mal. No he tenido la rabia para contestarle. Mejor me he dedicado a mimarlo, a traerlo conmigo, a darle una concesión: permitirle dormir a mis pies y no en su cojín porque, lo conozco, eso es algo que agradece en estos tristes días sin sol.
No sé por qué –y es probable que no conozca a los perros–, pero Niño ha vivido adherido a mí desde que lo recogí en una veterinaria, hace menos de un año. El día que lo compré iba yo arrastrando la frente y algo llamó mi atención hacia el aparador. Era él. Tuve dos gatos antes, lo he contado; no simpatizaba con la aparente estupidez de los perros. Al verlo, sin embargo, quedé conmovido por su devoción: me decía: “Te estuve esperando, Alejandro. Llévame”, y entré y pagué en efectivo para no esperar a que plancharan mi tarjeta de crédito, y cuando estaba en la esquina pensé en devolverlo porque, me dije, ¿qué hago yo, un gruñón, un solitario deprimido, tartamudo para el amor, con un perro que me demandará un cariño que no tengo siquiera para mí? ¿Qué hace un hombre aferrado a la autodestrucción con un animal cariñoso que huele a deseos de vivir?
Y aquí estoy, ahora, con Niño. Triste porque perdió a Laika, su compañera, que se vio obligada a dejar la casa. Se ha vuelto tímido y come poco. Se ha tornado tan dependiente a mí que por las mañanas debo abrazarlo y suplicarle que coma; le explico que debo ir a trabajar y que vendré a la hora de la comida. Él sabe que lo dejaré en casa y se separa sin verme; se va a un rincón sin mover la cola, sin reclamos aparentes, pero no me engaña: lo que hace es decir que soy un desalmado, un méndigo que no entiende por las que pasa. Y no tengo la rabia para compartirle que ando por las mismas, y que la culpa no es de él, en todo caso.
Ni modo de darle un pedazo de nytol para que duerma, como lo hago, evitando el duelo. Ni modo de pedirle que sea fuerte. ¿Qué hace un lisiado del amor para explicarle que el corazón es un músculo blandito? Nada. Procurar que coma, que pase el mayor tiempo conmigo. Cambiar de hábitos e ir a lugares abiertos a tomarme la cerveza de los sábados o los domingos para tenerlo a un lado. Eso. No puedo confesarle que estoy en las mismas, que nos hemos quedado solos, que debemos aprender a vivir así, en estas ciudades ingratas en donde los dueños de los departamentos a duras penas permiten una mascota y no dos, o en donde todos estamos buscando la manera menos difícil de huir de los otros. Él no sabe tanto. Entonces, el otro día, vio a una perra parecida a Laika y tuve que soltarlo de la cuerda para que no se ahorcara. Resultó un perro bravucón que me lo zarandeó y lo dejó más apachurrado. El pobre.
Mi Niño. Ahora mismo duerme a mis pies mientras escribo. Nos dará cáncer a los dos si sigo fumando. Pobre Niño. Las perras del parque no le hacen guiños y él no está para eso, para los guiños. Los dos hemos perdido el instinto y, aunque Usted no lo crea, huimos. Gemimos en secreto, olemos las paredes, el suelo, nuestros platos. Vamos arrastrando la frente a comprar café o croquetas y nos regresamos a casa a cobijarnos.
Hoy no, pero muy pronto tiraré los vestigios que quedaron de aquellas dos: el hueso mascado, una pata de pollo de plástico, unos apuntes, unos chicles, un collar rosa y unos aretes. Entonces comenzaremos a despertar. Pero eso lo sé yo; mi pobre Niño no. Ya aprenderá, confío.
¡Aguanta, chiquito! Resiste, pequeño corazón de perro. Ya pasará este invierno. Ya vendrá la primavera.
Anda y come, mi Niño; mastica conmigo estas croquetas…

Este si... eso lo que pasa cuando uno no duerme bien

Comentarios

  1. Waffle mi perro está igual porq yo no he estado en casa .y no hay quien juegue con él deberíamos presentarlos. jajaSaludos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

It was just another time

It was a moan, it was her breathing.  It was the end of innocence.  It was not only the curiosity of the time,  it was the hidden feeling behind.  It was just a kiss, why not?  It was just the fifth bottle of champagne.  The good times need the best liquor.  It was then just a try.  Just her hand in her hand,  it was just a witness surprised.  It was just a moment to stop,  it was just a time to look at the eyes.  It was then the next song,  it was a weird time.  It was another kiss in the eyes.  It was dancing together,  it was falling behind.  It was just another kiss, then another one. It was that electric feeling,  knowing that something is going to end bad.  It was just the delicacy of the moment,  it was just a time.  It was not passionate or wild,  it was curiosity and discovery chance.  It was touching here a...

Useless

I asked a poet to write about you, in the middle of London, next to the river. It was announced he could write anything on paper, at any rate, all the times I wanted. I told him who you were. I used my best words to describe your soft and shiny hair. I spoke about the darkness of those eyes, the strength living in their colour and the power they have to look. I tried to detail the delicacy of your nose and the softness of your lips. And I stopped there and came back in the sensations you were provoking. I had no words for the miracle of your smile. It was automatic; it should be there. I went down to your neck, soft and clean, always smelling like the sweetest perfume that makes me feel lost. Then your shoulders, then your hands then your breast. I got crazy of telling him about the miracles living in the waist and the storms you provoke in your hips. And then I went on. And then I couldn't stop. Your legs, the way you walk and the incredible sensations you were producing...

If you were another piece of words

I would be worried, sad, bitter.  If you were another piece of words.  I would be desperate in the middle of loneliness. Craziest paragraphs would be the centre of my anxiety. If you were another piece of words. I would build the perfect world in one line. Give it to you in a paper. I would find a thousand of ways of solving problems  Put each one next to your nice hair. If you were another piece of words I would not ask you to believe,  To take the risk of what you feel,  to embrace the  best moments of your life. I would be desperate finding the wrongs I would be crazy counting the lies. If you were another piece of words. I would test now my new theory,  Write you six stories, three arrangements, two rhymes. After the word line 76 you would begin to vanish. At the 100th line for sure you would be gone. If you were another piece of words, You could open a new post, Be the secret reason for someone to read Find a new lover or maybe ten,  I wouldn...