Estoy cansando de la vida en mucho. Mucha gente, muchas caras, muchos ojos. Hay demasiados aromas que respirar. Es completamente perturbante tener que dirigir una mirada distinta a cada persona, pensar sobre ella unos segundos y luego observar a la siguiente. Resulta una locura también hacerlo con las palabras, con las ideas, con los proyectos.
La vida en mucho se parece más a una licuadora que a un hogar. Parece que la vida en mucho nos arroja hacia un vacío en el que hay muchas cosas y hay pocos momentos. No sé si tengo que pensar ahora o tengo que tener mis pensamientos 10 minutos después. Son muchas ideas, muchas personas y mucho tiempo.
La vida en mucho también nos lleva a tantos lugares que todos parecen iguales y en el mismo pestañeo se tornan distintos. La vida en mucho nos muestra montañas y desiertos al mismo tiempo que nos infecta en la selva y nos abandona en el mar. Porque siempre terminamos confundiendo el cielo azul con el mar. Porque el mar es el inicio de lo que parece mucho, y el mar es lo que siempre nos lleva hasta el final.
La vida en mucho nos muestra millones de sabores, nos halaga con millones de sorpresas. Una tras otra hasta que termina por empalagar. Hay mucho dulce y mucho amargo al mismo tiempo que parece que hemos perdido el asombro de la intensidad en nuestras bocas. La vida en mucho nos acerca a las estrellas que no podemos tocar y nos llena tanto de ilusiones que cualquier cosa parece poco para soñar.
La vida en mucho no huele a casa, huele a cualquier otro lugar. Hay mucho limpio o mucho sucio, hay mucho perfume para todo lo que hay que ocultar. La vida en mucho resplandece tanto que termina por cegar.
La vida en mucho también arde, también duele. La vida en mucho es intensidad. Es asfixia y todo corre a la misma velocidad. La vida en mucho es el mundo que nunca podemos dominar.
En la vida en mucho queremos todo, buscamos siempre, nunca podemos parar. La vida en mucho golpea tan fuerte que distraerse un momento te puede matar, demasiado rápido y demasiado fuerte decía el reporte del hospital. La vida en mucho es para el más apto, el más fuerte, no necesariamente el más capaz.
La vida mucho ilusiona a todos. Miente a otros cuantos, y engaña a todos los demás. Todos tienen que ser mucho, tener mucho, aunque sea miseria o infelicidad.
Comentarios
Publicar un comentario