Para conocer la fuente de tan peculiar imagen, favor de dirigirse a http://misssarcazmo.blogspot.com/
En un fin de semana que no puedo considerar más que como intenso, tengo a bien pensar en una idea que ha rondado mi mente desde hace varios días: a decir, ¿qué implica lo perfecto? Podría poner varios ejemplos de a lo que me refiero pero usaré más que el mío propio.
Perfecto, entiendo yo, trataría de denotar una cosa o actividad que careciera de errores y que por si misma no entregara más que buenos resultados (aunque aplicaría del mismo modo para aquellas cosas que no entregan resultados). Así pues, perfecto según mí entender, se alejaría tanto de lo humano que no tendría que existir como algo real, aunque alguien tuvo la grandiosa idea de considerarlo dentro de la existencia de lo común. Un arreglo perfecto de las cosas o una existencia perfecta de las mismas implicaría sacar del esquema las posibilidades de fallos, algo que, dentro de lo que se pueda entender como error, descartaría cada una de las cosas que hace un ser humano, como construir en su lenguaje una concepción propia para lo perfecto.
Si lo perfecto proviene de lo divino, es lo primero que se me ocurrió, entonces, siguiendo los argumentos enseñados durante las duras clases de catecismo, realmente no somos ni una aproximación de la imagen y la semejanza prometidas, o el ser divino (yo uso la concepción que me enseñaron de niño, pero se puede aplicar para cualquier otra), ¡es por naturaleza imperfecto también! Lo que explicaría la existencia del error, o una de las tantas grandes mentiras.
Como quiera que sea, creo que vivimos en un lugar en donde las cosas imperfectas son las realmente sobresalientes, no por ser imperfectas, sino por el resto de las cualidades que tienen consigo. No quiero, de ningún modo, justificar el error, sobre todo cuando este se comete de forma deliberada (aunque en ese caso se estaría actuando bien al hacer algo mal), pero creo que el peso de lo perfecto es innecesario si nos reconocemos a nosotros mismos como humanos.
Nadie tiene por qué ser perfecto y entender lo que está mal es muchísimo más valioso que frustrarse por encontrar algo que no existe. Lo imperfecto no está peleado con el deseo de mejorar ni con la capacidad de inventar cosas nuevas cada día y creo que en eso reside la riqueza de tan absurdo concepto.
Con demasiado optimismo…
para esos días en que uno se resigna a creer que quizás nunca llegue a ser lo suficientemente bonita, inteligente, rellenita(?), simpática, o capaz de superar las lacerantes consecuencias de los errores cometidos...linda entrada.
ResponderEliminarConoverö.
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ResponderEliminarQuería comentar algo decente, pero la fatiga del diario me lo impide. Prometo hacerlo un día de estos que despierte y abra este sitio que hasta hoy sé que existe. Admiro tu capacidad para escribir tan frecuentemente, tengo la idea de abrir un blog, pero... no sé si podría abrir mi mente y dejar fluir las letras más de una vez al mes. Jajaja
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