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Defendiéndome

Tal vez me asusto porque me propones algo que no conozco, o que jamás he experimentado. Estoy atorado entre la desidia de siempre, la indiferencia de todos los cambios que llevas haciendo desde que tengo razón, el hartazgo de un momento en donde ya no te entiendo y un profundo miedo a que destruyas mi castillo de naipes que me estoy ocupando en consolidar con resistol.

Y es que lo siento, pero ya no es momento, hace diez años hubiera tenido sentido que resolvieras tus problemas para poder entender los míos, pero estabas convencida de que tenías razón. Tenías tanta razón que no dudaste en explotar cuando sabías que algo tuyo estaba perdido, tenías razón porque era imposible que los demás la tuvieran o tal vez porque las míticas enseñanzas se convirtieron en prejuicios estúpidos. Lo siento pero yo cambié antes, me atoré con muchas cosas en el camino y desafortunadamente lo hice solo, no necesito que cambies ahora.

Estoy orgulloso de que busques en cualquier momento ser una mejor persona, me da gusto de que intentes liberar todo lo que te ha tenido atada y que trasciendas del discurso indiscriminado de opresión a buscar cosas nuevas con una mente más abierta. No quiero que esta sea, ni mucho menos creo que pretende ser, una injusta acusación o un ejercicio increíblemente injusto de ingratitud. Te agradezco todo lo que siempre has hecho por mí y lo que sigues haciendo, te quiero como a nadie podría querer en este mundo, a pesar de que a veces lo dudes, y siempre te voy a tener en un lugar muy especial…

Pero esto ya no es asunto tuyo, no quieras una confianza que nunca te tuve, que no nos preocupamos por construir y la que aprendí a no extrañar, a pesar de que muchas veces me hiciera falta. Por favor no quiero verte llorar porque te hayas equivocado en algo, hiciste todo muy bien al grado de que pude cubrir los enormes huecos yo mismo (incluso cuando creo que todavía tengo muchos) porque tu me enseñaste a hacerlo, pero no me pidas una confianza que no puedo tener.

Lo siento, me hubiera gustado tener esta oportunidad tiempo antes, cuando estabas atrapada dentro de ti y no podías hacer otra cosa que buscar defenderte de los demás, me hubiera encantado tenerte confianza, compartir mis problemas y escuchar tus consejos, por buenos o malos que hubieran sido. Pero no me pidas una confianza que no te tengo, me siento mal al escribir esto, pero así aprendí. No sé si algún día cambie, pero el día de hoy no puedo pensar que va a ser así.

Es una realidad y vivimos con eso, no quiero herirte pero no quiero salir herido. Te quiero con toda mi alma, pero mi vida se fue hace mucho tiempo a otro lado, aprendí otras cosas y traté de salir adelante con todas las deficiencias que pude haber tenido, pero estoy seguro de que lo estoy logrando, y siento que ahora lo puedes derribar… y no me gusta que destruyan cosas mías… lo siento

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