Nov 11 2007
Amor, el mundo no necesita formas cuando encuentra en tu cuerpo la esencia de la geometría. Cuando las formas se pierden en los relieves que tu piel oculta bajo las pecaminosos perjurios de las convencionalidades de la ropa. Tampoco necesita luz cuando en tus ojos se encuentra el brillo de las estrellas; el color se queda opacado por el carmín de tus labios, la blancura de la piel divina o la profundidad que encuentro en tus ojos.
Amor, el mundo no necesita formas cuando encuentra en tu cuerpo la esencia de la geometría. Cuando las formas se pierden en los relieves que tu piel oculta bajo las pecaminosos perjurios de las convencionalidades de la ropa. Tampoco necesita luz cuando en tus ojos se encuentra el brillo de las estrellas; el color se queda opacado por el carmín de tus labios, la blancura de la piel divina o la profundidad que encuentro en tus ojos.
Amor, tampoco necesita el mundo el olor de las flores o el aroma de las frutas cuando encuentra en tu aroma el perfume más embriagador y exquisito que el más fino sentido puede percibir. Los manjares más exquisitos y los exóticos sabores se quedan en la penumbra frente a la delicadeza de tu piel, frente el sabor de tus labios y frente a la grandiosa figura de tu sombra proyectada...
Entonces amor, tu has robado el mundo en mis sentidos, el mundo en sus esencias. Te has apropiado del grandioso contraste entre la delicadeza y la intensidad, entre la finura y la explosividad de las ráfagas del viento. Amor, el mundo es la belleza tuya, la luz que proyecta o el saber de tus labios, amor mi mundo no es más que tus sentidos...
Correcciones febrero 2016
Comentarios
Publicar un comentario