He respondido tantas veces a la misma pregunta que no tendría caso hacerlo una vez más. Pero esta vez incluso tengo que ensayarlo por escrito, porque verdaderamente me importa. Así que encontrar la razón de lo que pasa con tal o cual cosa es sólo la parte de algo más amplio, creo. Tengo que ensayar porque es realmente difícil y porque no se resuelve en el nicho privado de una forma para comunicarse que nunca he entendido.
No voy a contestar ahí, ni tampoco lo pienso hacer aquí, porque ese es precisamente el problema. Porque no podemos hablar. Si tuviera que identificar uno de mis grandes problemas, sería sin duda una de las primeras opciones, pero creo que no es sólo cosa mía. Y no es precisamente que sea algo que no se te de con facilidad, sino todo lo contrario. No estoy enojado, es lo primero que tengo que aclarar. Pero creo que ya no hay nada de que hablar.
Se me perdió, en los últimos dos meses, el grillito que me hacía buscar algo en ti. Espero que no se me haya muerto, pero sinceramente no lo encuentro. No sé si volverá o se escondió. Creo que se fue de vacaciones o necesitaba un poco de espacio después de tanto esperar. Casi se me petrifica cuando, cansado de saltar, se sentó un poco a esperar si llegabas de alguna forma.
¿Qué va a pasar?, no lo sé y no me gustaría saber, porque lo que va a pasar es parte de algo que está muy lejos y que no puedo comprender. Pero la última vez que pude ver a mi grillo estaba muy triste y no tenía nada de qué hablar.
Esto necesita un epílogo, definitivamente.
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