Ir al contenido principal

Malditas coincidencias

No sé si existen las coincidencias en este mundo; es más, siendo francos me gustaría decir que no creo ni un comino de las cosas que no podemos controlar, como no existen las cosas coincidentes, no existe el destino ni los demás inventos predeterminados que a veces llegan a desesperarse (nada personal en contra de los horóscopos). En fin, a veces también tengo que admitir cuando me equivoco, pero esto tiene que ser más que una coincidencia.
Si bien hay cosas que no puedo explicar, esto es un exceso. Hoy volvió la luna, no es que haya cambiado nada en particular, tampoco todo al mismo tiempo, pero la volví a ver… ¿coincidencia? Tú dime. Sea lo que sea, es claro que brilla como si mil soles la iluminaran, como si se hubiera tomado unas pequeñas vacaciones en las que me robó más suspiros por su ausencia que en todas las noches en que he podido verla. No puedo culparte por llevártela, pero gracias por traer a mi luna de vuelta… son de las cosas que ya extrañaba.

Encontrando una explicación a lo que pasa, pero sin particulares alusiones a la dueña de la luna...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ocio de sábado

Se alquila! Apuesto muchacho para salir fines de semana. Dispuesto a cualquier cosa con tal de evitar el ocio semanal. Diversas facetas, divertido y apuesto. Favor de abstenerse si usted no tiene más de 17 años o menos de 33. Preferentemente chicas lindas... Informes, dejar un comentario en este post... Saludos!

I’ve never feared so much to something that by nature should be beautiful. It is because sometimes beauty is reminding me just where the line is drawn. By the times the flowers were born the permafrost should be there, the ice on the earth was never there. By the time they were opened no one were walking to spread the news. They flourished alone, in the wrong moment, in a world that will be consumed by the fatality of its beauty #flowers #february #blossom🌸 #climatechangeisreal

via Instagram https://ift.tt/2IepVAw

Writing again

Dear JC, It's peculiar, isn't it, how the mind clings to memories, especially those we wish to forget? Some nights, I find myself ensnared in a web of dreams, each thread woven with echoes of you. You, who dominated my thoughts, still reign in the kingdom of my nighttime musings. I remember, with an unsettling clarity, every encounter, every word, and every smirk. The way your laughter would echo down hallways, a haunting melody that played on all my strings. The cold glint in your eyes as you found new ways to assert your dominance, your power, unyielding and absolute. In these dreams, I revisit those days, each detail meticulously preserved in the museum of my mind. The corridors, once mundane, now seem like twisted labyrinths in my dreams, with you as the ever-present Minotaur, both feared and revered. Sometimes, I wonder if you ever think of those days. Do you ever recall the weight of your words and actions? Or have they dissolved into the ether, insignificant and forgotte...