A veces creo que las personas tienen cosas que las acompañan toda su vida, que es muy difícil imaginarlas sin esa parte que parece ser un elemento más de ellos mismos. No obstante, esta entrada no puede ser más que un firme reclamo cuando las cosas que nos acompañan son más que cosas personales como una mochila, una bolsa o una mueca que nos persigue toda la vida.
Es que tal vez sólo te quiero pedir un favor… devuélveme la luna, has de mis noches la luz y el resplandor que me acompañe en los azarosos caminos que parece me esfuerzo por recorrer. No sé a donde te fuiste, no sé por qué te la llevaste, pero mis noches de luna se fueron contigo. Es más, mucho más grave que llevarte la luz y la inspiración con ese brillo inmenso, te llevaste algo de mi en la luna. Mucho más que una canción o una metáfora, mi clima cambió sin tu luna, mi noche se estremece en la tormenta despiadada en medio de una oscuridad infinita. La claridad se empaña con cada gota que cubre mis ansiosos ojos.
Espacios sobran, vientos soplan y, lo que es peor en un espacio que parece clamar cada vez más fuerte por tu presencia, mis ojos se oscurecen. Así pues, no es de ningún modo un lloriqueo absurdo ni una rabieta mal hecha es un reclamo enérgico ante una situación apremiante… devuélveme la luna, o mejor aún, regresa con ella para dar brillo completo a mis noches
Naturalmente nocturno…
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