Sabes, mi mente ha decidido no dormir... y es que no puede soportar las discusiones que ocurren dentro, que nunca salen y que se hacen cada vez menos sanas. Pero en fin, en medio de todo lo que pasa dentro... estoy buscando la paz afuera, sabes... me dio por escribir de ti...
Y es que en noches de insomnio... eres lo que pienso. No sé si debiera escribir esto sabiendo que es una responsabilidad inmensa el hecho de que lo leas, porque es noticia nueva que lees lo que pongo. Pero en las noches de insomnio, la irresponsabilidad no suena tan mala compañía.
¿Qué pasa con lo que pienso?
Tal vez nada, porque justo antes hay un momento que me saca del trance de la determinación absoluta, me vuelve a la realidad y desata la ola de ecos emocionales intensos detrás de los que se esconde la profunda ansiedad de perderse en el miedo. Y es que tal vez pienso en ti porque tengo miedo.
¿Qué busco al pensar en ti?
No sé si busco paz, porque en millones de instantes juntos es lo que menos tengo... puedo correr con la intensidad de un abrazo, con la ternura de un beso o la inesperada locura que se te ocurrió segundos antes... pero paz no hay más que cuando miro tus divertidos ojos... que si puedo dejar de pensar en ti...
Es casi como preguntar si puedo dejar de respirar... puedo tratar por unos cuatro minutos antes de asfixiarme... puedo hacer que mi mente se llene de otras cosas, pero jamás quitar las cosas vitales...
En fin... tenerte en la mente nunca será mejor que tenerte en vivo... pero es lo que queda cuando las circunstancias nos superan...
Te quiero mucho
Sorprendido de que mayo no tenga ni una entrada.
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