Te he pedido pocas cosas en este pedazo de vida que nos ha tocado vivir juntos, pues quiero perder la costumbre el día de hoy, sin perder la compostura de ningún modo. Es que te pido que de ninguna manera pienses…
Que la frecuencia de estas cosas que escribo tiene que ver con la inspiración perdida que busca en tu ausencia un motivo, no pienses en los motivos que pudieran surgir y que nos tienen alejados, no pienses en la lejanía que parece engañarnos con la imagen de la desesperación de esta estadía que nos mata, no pienses en la despiadada muerte a larga distancia, tampoco pienses en la llamada perdida, en la carta extraviada o en el mensaje incompleto, no pienses que parte de mi se queda contigo y me deja sobreviviendo con la mínima expresión, no pienses en la expresión de mi cara tras tu gloriosa partida, no lo hagas.
Por ningún motivo pienses en tu partida… porque en eso me la paso pensando todo el tiempo. No pienses que uso mi tiempo pensando en ti, no pienses que te extraño, no pienses que me muero por verte llegar otra vez y por no verte partir jamás… no pienses en todas esas cosas que yo estoy pensando…
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