Ir al contenido principal

Empezando al revés

Segunda parte

De sobra sabes que eres la primera,
que no miento si juro que daría
por ti la vida entera,
por ti la vida entera;
y, sin embargo, un rato, cada día,
ya ves, te engañaría
con cualquiera,
te cambiaría por cualquiera.

Ni tan arrepentido ni encantado
de haberme conocido, lo confieso.
Tú que tanto has besado
tú que me has enseñado,
sabes mejor que yo que hasta los huesos
sólo calan los besos
que no has dado,
los labios del pecado.

Porque una casa sin ti es una emboscada,
el pasillo de un tren de madrugada,
un laberinto
sin luz ni vino tinto,
un velo de alquitrán en la mirada.

Y me envenenan los besos que voy dando
y, sin embargo, cuando
duermo sin ti contigo sueño,
y con todas si duermes a mi lado,
y si te vas me voy por los tejados
como un gato sin dueño
perdido en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla tu hermosura.

No debería contarlo y, sin embargo,
cuando pido la llave de un hotel
y a media noche encargo
un buen champán francés
y cena con velitas para dos,
siempre es con otra, amor,
nunca contigo,
bien sabes lo que digo.

Porque una casa sin ti es una oficina,
un teléfono ardiendo en la cabina,
una palmera
en el museo de cera,
un éxodo de oscuras golondrinas.

Y cuando vuelves hay fiesta
en la cocina
y bailes sin orquesta
y ramos de rosas con espinas,
pero dos no es igual que uno más uno
y el lunes al café del desayuno
vuelve la guerra fría
y al cielo de tu boca el purgatorio
y al dormitorio
el pan de cada día.

Primera parte

Me lo dijeron mil veces,
Más yo nunca quise poner atención.
Cuando vinieron los llantos
Ya estabas muy dentro de mi corazón.

Te esperaba hasta muy tarde,
Ningún reproche te hacía;
Lo más que te preguntaba
Era que si me querías.

Y, bajo tus besos,
En la madrugá,
Sin que tú notaras la cruz de mi angustia
Solía cantar:

Te quiero más que a mis ojos,
Te quiero más que a mi vida,
Más que al aire que respiro
Y más que a la madre mía.

Que se me paren los pulsos si te dejo de querer,
Que las campanas me doblen si te falto alguna vez.

Eres mi vida y mi muerte,
Te lo juro, compañero;
No debía de quererte,
No debía de quererte
Y sin embargo te quiero.

Vives con unas y otras
Y na se te importa de mi soledad;
Sabes que tienes un hijo
Y ni el apellido le vienes a dar.

Llorando junto a la cuna
Me dan las claras del día.
Mi niño no tiene padre...
¡Qué pena de suerte mía!.

Y, bajo tus besos,
En la madrugá,
Sin que tú notaras la cruz de mi angustia
Solía cantar:

Eres mi vida y mi muerte,
Te lo juro, compañero;
No debía de quererte,
No debía de quererte
Y sin embargo te quiero.
Te quiero.

Porque Sabina es mucho más que Sabina en el día de la raza. Un día con los ojos hinchados y un poco de dolor, sobre el que nunca he escrito.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las noches magicas de… Hamburgo #hamburg #sunset #derspiegel #night

via Instagram

Uno bien cocido y el otro de

Pues si, ya comí tacos de tripa.(Vease en referencia las fotos que siguen).  (Hacer click para ver más de cerca) También aprendí que hay cosas que sólo se pueden hacer en familia, o que saben mejor cuando las haces en familia. No importa que sea sábado en la mañana (uno de esos mítimos momentos en donde no sabes si terminar con la cruda o empezar con tu día), pero lo prometido es deuda y tenía que estar ahi. Entonces, frente a mi primer taco entendí que lo que yo quería no era la escencia de la carne, sino los elementos que le rodeaban. Era importante hacerlo en familia, como era importante también que el taco tuviera una salsa espectacularmente picosa. No es que le faltara un poco de limón o de sal, es que hay elementos que se comparten así. Después de eso uno encuentra que cualquier elemento puede resultar una maravillosa coincidencia, o parte de un plan bien armado, sobre todo si en la esquina encuentras un puesto de tepaches para acompañar. Por cierto, este lugar está en el cru...

Fears

I'm afraid of becoming different. I'm fearful of one morning being another person, of thinking too much, of questioning everything and trying to get away melancholy. I'm terrified of knowing everyone, of saying hello to all those people and remembering their names, of not being timid, of being a kind and friendly person the people says I am. Of course, I am not that. I don't keep a smile on my life; neither is nice nor sexy. I am too worried about thinking all time, about the conversations with myself and the healthy practices of waking up early, reading a lot, exercise and not eat meat. What will happen to me in this way? What will I become on this road? What will I do with the vacuum of no pain? I don't want to be that handsome guy, I don't want the cute smiling I see on the mirrors every morning, I don't want to smell sweet. I don't know what is happening; I don't know what is different now. I want my obscure Mondays; I need my unsolved dramas, th...