Todos somos en última instancia la suma de nuestros temores, sin embargo… vivimos para enfrentarlos toda nuestra vida. Escuchando esto me preguntaba si alguna vez dejamos de ser lo que somos al enfrentarnos a nuestros miedos, o sólo cambiamos de miedos por cosas más profundas que jamás dejamos de sentir. Es entonces que enfrentarlos tiene que ser algo más allá que parte de nuestra identidad, porque entonces siempre seguiríamos siendo los mismos teniendo los mismos miedos.
Entonces enfrentados siempre a la condición de ser nosotros frente a lo que tenemos y lo que tememos, llegamos a ser algo distinto cada vez que luchamos contra eso que nos atemoriza, nos convertimos en una persona diferente si lo logramos, o nos engañamos y en el fondo conservamos siempre parte de lo que hemos sido, cubriendo el miedo con intrascendentes victorias sobre instantes difíciles.
Porque parece que los miedos son más profundos que los momentos que vivimos… pero siempre parece que tratamos de reducirlos a algo que podemos enfrentar para así tratar de lidiar con ellos. Es que enfrentarlos no es siempre la opción que tomamos, e incluso en algunos momentos nos esforzamos por posponer la situación que nos hace temer porque queremos dejar de vivir una parte tan humana como cualquier otra… Yo creo que somos mucho más que miedos, pero sin duda el miedo es una parte de lo que vivimos y con lo que vamos a morir.
Eso me pasa por no encontrar un buen libro para el verano.
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